La estimulación de una parte del cerebro mediante láser, una novedosa y nada convencional aproximación, puede convertirse en una vía eficaz para tratar las adicciones.
Y, sorprendentemente los expertos vieron que cuando se activaban las células nerviosas se eliminaba la conducta compulsiva, en los adictos, y se convertía en adictos a los sanos. «Lo que extremadamente interesante -subraya Boci- es que tenemos una manera de inducir una activación similar de la corteza prelímbica en las personas a través de una técnica llamada estimulación magnética transcraneal (TMS), en la que se aplica un campo electromagnético externo al cerebro, y que ya se ha utilizado como un tratamiento para los síntomas de la depresión».
Esta terapia parece ser capaz de eliminar el comportamiento adictivo cocainómanos, o, algo menos ético, convertir a los hombres no adictos en yonquis compulsivos. «Cuando activábamos una luz láser en la región prelímbica de la corteza prefrontal desactivábamos la búsqueda compulsiva de cocaína»,
El nuevo estudio demuestra así el papel fundamental de la corteza prefrontal en la adicción compulsiva a la cocaína. Pero también sugiere un nuevo tratamiento que podría ser probado en humanos inmediatamente.
El consumo de cocaína es un grave problema de salud pública en muchos países y supone una pesada carga para la sociedad en términos de productividad laboral perdida, pérdida de ganancias, tratamiento, prevención, etc. Pero el coste humano es mucho mayor: es una de las razones más importantes de consultas en urgencias hospitalarias, además de la causa principal de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares en personas menores de 35 años.
En la mayoría de los casos, el consumo de cocaína termina siendo compulsivo: el usuario pierde totalmente la capacidad de control ante la droga, y en ocasiones acaba con su vida.
Por eso, este trabajo resulta tan prometedor. Así, mediante estudios electrofisiológicos comprobaron que tienen actividad extremadamente baja en la corteza prefrontal -una región del cerebro fundamental para el control de impulsos, la toma de decisiones y flexibilidad de comportamiento-. Y, gracias a imágenes tomadas en cerebros humanos se sabe que las personas compulsivamente adictas a la cocaína tiene el mismo patrón de actividad en dicha región.
Para verificar si la alteración de la actividad en esta región del cerebro podría afectar adicción, los investigadores emplearon una técnica llamada optogenética, con la que enciende y se apaga la actividad cerebral mediante un láser. En primer lugar, extrajeron un grupo de proteínas sensibles a la luz, las rodopsinas, y, mediante ingeniería genética, las insertaron en las neuronas de la corteza prefrontal. Así, la activación de esta región con un láser sintonizado a las rodopsinas encendía o apagaba las neuronas.
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