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Sistemas de espejos para producir electricidad en la Luna.

La noche en la Luna dura alrededor de 14 días, un periodo en el que se alcanzan temperaturas de hasta -150 ºC. Esto complica el funcionamiento de las naves en la superficie lunar y posibles soluciones son llevar pesadas baterías desde la Tierra o usar energía nuclear, como lo hace el robot chino Yutu.

      El primer sistema consiste en modificar un trozo de regolito o suelo marciano, incorporando elementos como el aluminio -por ejemplo-, de tal forma que se convierta en un masa térmica, ha explicado el físico de la Universidad Politécnica de Cataluña y coautor del estudio, Ricard González Cinca.

     Cuando luce el Sol un sistema de espejos refleja sus rayos y calienta esta masa térmica, que luego puede transmitir el calor durante la noche a los rovers u otros dispositivos situados encima, para que se puedan utilizar.

     El segundo sistema es parecido, pero incorpora un sistema de espejos más sofisticado y un motor térmico. Los espejos son reflectores Fresnel, como los de algunas plantas de energía solar en la Tierra, que concentran los rayos solares sobre un tubo con un líquido.

     El calor convierte el líquido en gas, que a su vez, calienta la masa térmica. Después, durante el largo periodo nocturno, el calor se transfiere a un motor Stirling para producir electricidad.

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